No deja de ser paradójico que justo en el momento en que el trabajo de Stefano Pilati está más que cuestionado –no dejan de saltar rumores acerca de su posible salida de Yves Saint Laurent-, el legado creativo del genial maestro ha sido objeto de reinterpretación para la próxima temporada primavera-verano 2011.

No es menos paradójico que una de las firmas que más homenajea el legado de YSL sea Gucci, la misma a la que recaló Tom Ford después de sus más que notorias desavenencias con Saint Laurent durante su etapa como director creativo de la marca.

Pero la moda es muy dada a este tipo de caprichos y ajustes con la historia. Si no, sería imposible que Gucci hubiera incluido varias saharianas en su colección, que Fendi nos dejara esos infinitos vestidos de crêpe de inspiración marroquí, o que Diane von Furstenberg propusiera mezclas de colores a priori imposible. Todos ellos fueron invenciones de uno de los más grandes couturiers del siglo XX.

Tiembla Pilati. La sombra del maestro es alargada.

 

 

Erika Tamaura Cultura ,

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