Refracción es una columna sobre periodismo, cultura y atardeceres en Sonora. Se publica todos los jueves en Proyecto Puente.  

La relación entre democracia y cultura es un tema controvertido y espinoso. El buen uso del arte incrementa los valores democráticos de los políticos y de los territorios del poder. ¿Pero qué puede ofrecerle la política, aun la más democrática de las políticas, a la cultura?

 -Roger Bartra.

Olvídese de los directores de cultura municipales, olvide a los funcionarios del Instituto Sonorense de Cultura, olvide a los que dirigen la Secretaria de cultura. Olvide todo y escúcheme usted ciudadano. Si. Usted.

A continuación quiero compartir una lista de cosas que considero, en base a mi reciente experiencia como integrante de consejos municipales para revisión de proyectos para convocatorias, los cuales se deben tener en cuanta más allá de las quejas o dudas que siempre tenemos frente al sistema de procesos públicos de la operación. Todos alguna vez nos hemos quejado, llorado del coraje, o bien, nos hemos quedado parados observando sin saber que fue lo que pasó respecto a un consejo municipal cultural. Por lo tanto, aquí va mi catarsis, la cual comparto con ustedes, con una nota al pie sobre mi reciente nombramiento como coordinadora del Consejo Municipal de Cultura de Cajeme.

Checklist antes de tomar la decisión de ser parte de un consejo municipal de cultura:

  1. ¿Lo invitaron ser parte de un Consejo Municipal de Cultura? Pregunte de que trata. Quiénes serán sus compañeros. ¿Está usted de acuerdo en hacer equipo?
  2. En caso que, dentro del Consejo, haya alguna (s) personas que no sean ni fans de usted o usted de ellos, piénselo 2 veces antes de entrarle. A veces, es mejor mantener la paz mental y que otro tome el lugar de uno. La cosa se puede convertir en un campo de batalla.
  3. ¿No tiene idea como se conformó el consejo municipal cultural de su municipio? Ingrese una solicitud de transparencia, para eso son esas cosas.
  4. Entre dispuesto a dar sus opiniones objetivas, SEPARANDO a la persona que firma el proyecto del proyecto mismo, para no contaminar las decisiones con favoritismos y amiguismos. Sea ético y parejo. Una cosa es una y otra, otra.
  5. Preparase por favor. Lea. Conozca. Llegue con las minutas leídas. Estudie la convocatoria, LEA los proyectos por el amor de Dios. No hay nada que cause más repudio que aprobar o negar un proyecto sin haberlo leído. Aquí la cosa no se trata de lo que le guste a usted o no. Por favor.
  6. No acepte votar cuando haya solo dos o tres miembros del consejo presentes, aún cuando le digan que si porque los tiempos se agotan. Es responsabilidad de los demás consejeros aparecerse en las reuniones. Dése su lugar.
  7. No acepte cuando un consejero pida que le apoyen un proyecto en el que él mismo está directamente relacionado. Eso no se vale. Y cuando el consejero diga: ¿entonces para que estoy aquí si no me van a apoyar? Saque inmediatamente el reglamento de consejo que previamente le debieron haber entregado (o usted pedido) y leáselo en voz alta.
  8. En las mesas de revisión puede calentarse la discusión. Eso es normal. Pero nunca deje que le falten al respeto. Si una persona le empieza a levantar la voz de manera irrespetuosa y le ataca como chamaco de secundaria no le siga la corriente. Mejor levántese y camine para dar tiempo a que se calmen los ánimos. Y si usted es el que gritó, por educación pida disculpas. Que vergüenza oiga.
  9. Exija que le muestren las cuentas y las cifras antes de firmar nada. No se vale que se apruebe un proyecto con una cifra y en la siguiente reunión ¨mágicamente¨ aparezca en el archivo de excell otra cifra, con más ceros. Eso se llama corrupción.
  10. Respete las fechas de cierre de convocatoria. No es justo meter un proyecto después de dos sesiones de revisión, y mucho menos con la justificación de que al encargado que le iba a decir al proyectista de hacerlo se le haya olvidado y aparte quiera dar lastima porque el proyectista estaba enfermo. ¿Eso qué? Sea justo caramba.
  11. Si le toca estar frente al consejo estatal, representando a su consejo municipal sea honesto. Si tiene que decir las cosas que se hicieron mal en su municipio, dígalas. Sea valiente. Si tiene que enlistar los incidentes, hágalo. Aunque eso le cueste una amonestación a su municipio. ¿Porque sabe qué? Más vale que ese dinero que se está malgastando, se vaya a proyectos que de verdad, necesitan. No a cuentas personales a través de prestanombres o empresas de familiares del consejo. NO. Podemos hacerlo mejor. Si es parte de un consejo municipal de cultura, CUIDE las formas y el recurso. Revise, fiscalice, audite, pregunte. Incluso diga: TE LO ADVIERTO.

Un apunte personal:

El martes pasado tomé protesta como coordinadora del Consejo Municipal de Cultura de Cajeme 2016-2018 para efectos y necesidades exclusivas de los procesos de revisión ciudadana de la Convocatoria del Fondo Tripartita del Programa de Desarrollo Cultural Municipal de Sonora. Después de haber dicho que sí, me arrepentí, (Malas experiencias pasadas). Faustino me citó para platicar. Me preguntó cual era el problema. Y le dije que en ocasiones, decir lo que pienso me ha causado líos, y que no quería obstaculizar procesos. Le dije sinceramente que no deseaba estar sentada en una mesa donde tuviera que hacer o pensar lo que el Director, o algunos de los consejeros se empeñaran en decidir, sin democracia. Faustino me dijo: ¨ no quiero gente que piense como yo ni como el director, quiero gente que haga las cosas lo más adecuadamente para esta actividad ¨. Y también me dijo que yo podía decir las cosas cuando yo quisiera y como yo quisiera. Que no iba a haber bronca. Tal cual.

Decidí quedarme. Cuando fui a mi primer junta de Consejo, no conocía a más de la mitad de los integrantes. Me arrepentí. Estaba acostumbrada a llevar mis argumentos para gente conocida, gente a la cual ya sé por donde va, quienes son sus amigos y sus intereses particulares. A este consejo, casi no lo conocía.

Para mi sorpresa y lección, conocí poco a poco a los integrantes y descubrí que son personas que trabajan por la cultura, sin hacer tanto escándalo político, fuera de la cúpula de los reflectores a los que yo estaba acostumbrada en los últimos 13 años. Y entonces comprendí lo contaminada que yo estaba. Tuvimos sesiones larguísimas, hasta la madrugada, revisando proyectos punto por punto, porque ellos como ciudadanos no conocían a varios proyectistas y eso les hacía tener preguntas… yo estaba redescubriendo otras formas de ver lo mismo que ya conocía, pero desde otro ángulo.

Y luego sucedió lo inexplicable: votamos. Si, votamos. Levantamos la mano y toda la cosa. Unos dijimos si y otros no, estábamos todos. Luego otros dijimos no y los demás si. Hicimos un formato y toda la cosa. Nosotros solos, sin ayuda del director municipal. Yo observaba la mortificación de Sergio cuando veía como proyectos de personalidades culturales iban quedando fuera por varias razones: o su objetivo no era para esta convocatoria, o el proyecto estaba mal diseñado metodológicamente.

Sergio se llevaba la mano a la cabeza cada vez que alguien justificaba un porque si o un porque no. Tengo que reconocer y admirar el silencio de Sergio, porque permitió que fuera el consejo quién revisara los proyectos en la mesa. Al final se me ocurrió preguntar: ¿y tú que necesitas Sergio? ¿El Municipio que metas tiene? Por que a final de cuentas, el ayuntamiento de Cajeme está poniendo la tercera parte de este fondo. Sergio nos respondió. Y entonces, el Consejo tomó de nuevo los proyectos que no habían pasado el primer filtro a hizo una nueva revisión. Porque así es esto. El PDCMS no es una convocatoria de becas para artistas o de producción. Este fondo es para impulsar y configurar procesos culturales en la comunidad. Y eso aún, mucha gente no lo ha entendido.

Hubo proyectos a los que puse mi NO rotundo. Alegué y pataleé. Y no estuve de acuerdo. Y aún así pasaron. Porque la mayoría de los votos del consejo decía que sí. Mi facultad de decir lo que yo pensaba ahí estaba, intacta, pero en la mesa, no solo decidía yo, había más personas con el poder de votar. Afortunadamente, el filtro estatal anunció que sería la última vez que se apoyarían los proyectos que han tenido anclas históricas en esta convocatoria. No tengo nada personal contra ellos. Pero me dio mucho gusto escuchar eso. Porque es lo justo.

Tuve muchas dudas sobre otros proyectos, y hubo otros que se aprobaron sin discutir porque el documento hablaba por sí solo y eran buenos para los objetivos de la convocatoria. Ahí está un punto decisivo. Los términos de la convocatoria. La cual tiene varios puntos que mejorar también.

Se revisaron los proyectos que entraron. Los que no entraron, pues no. Ahí está la bronca de quienes critican. ¿Cómo quieren hacer una diferencia si nada más se la llevan quejándose? Abran la computadora y redacten un proyecto caray. Aquí nadie es mamá de nadie para andar correteando fechas de entrega. Estoy segura que el año que entra se duplicará la cantidad de propuestas y la revisión será más compleja. Estoy segura que si la gente que se queja de que nunca sucede nada se pone las pilas y entrega proyectos inteligentes, la criba será aún más interesante y entonces, todos saldremos ganando.

Mañana se estrena el nuevo álbum de Norah Jones, una de mis artistas favoritas. Comparto el sencillo Carry on para este fin de semana. Besos a todos.

unnamed-3 unnamed-2

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *