Refracción es una columna sobre periodismo, cultura y atardeceres en Sonora. Se publica todos los jueves en Proyecto Puente. 

 

 

La gestión cultural no es sencilla.

El desarrollo de públicos tampoco lo es.

El imaginario colectivo es tan diverso y complejo como personas hay en el mundo.

Quiero compartir, un apunte personal que escribí cuando alguien me pidió mi opinión por la invitación de José Carreras a las pasadas Fiestas del Pitic. Desde esa fecha ya traía en mi mente hablar sobre Plácido. Nunca se publicó mi escrito (o tal vez si y no me dí cuenta), no sé porqué razón. Sin embargo, considero que ese apunte es válido en estos momentos.

Se los paso tal cual lo escribí en esa ocasión. Sin quitarle ni ponerle. Pero si agregaré una nota al pie sobre algunas cosas importantes sobre el pasado concierto de Plácido Domingo que considero interesante apuntar. Comparto:

¨ Sonora es un lugar que merece y debe tener propuestas culturales y de entretenimiento de gran calidad. Porque toda persona merece disfrutar el derecho del acceso a la cultura. El gran debate entre quienes gestionan, se basa sobre qué es o no, una propuesta cultural de calidad. Y en ocasiones nos olvidamos del público, del pulso del espectador y sus gustos, sus inclinaciones y su contexto.

Considero que los riesgos en el terreno del desarrollo cultural de Sonora, deben tomarse y las inversiones DEBEN realizarse. Quienes llevan el liderazgo de la administración de la oferta cultural del estado deben tomar riesgos. Tienen que hacerlo.

Sobre el tema de la inversión en el tenor José Carreras en las Fiestas del Pitic, mi opinión es la siguiente: El estado de Sonora, desde hace varios años y administraciones ha realizado a través de diversos esfuerzos la promoción del canto operístico y música orquestal. Ha hecho un buen trabajo de preparar el terreno. Así que traer tenores a coronar espacios culturales, no es descabellado. Pero espéreme, que apenas inicio…

En el Festival Alfonso Ortíz Tirado en el sexenio pasado, tocaron tierra sonorense Sopranos y Mezzosopranos de tan alto vuelo que yo jamás pensé en mi vida haberlas podido tener a metros de distancia. Estoy segura que ellas pudieron haber costado igual o más que Carreras. Eso es algo por lo que estoy sumamente agradecida a mi estado por haberlas traído.

Solamente que ellas no eran del corte más menos “comercial” si es que se puede decir así (y me disculpo con el señor Carreras por decirle comercial) pero mi intención no es despectiva, si no, más bien, poner en una balanza, nuestra percepción como público. No me malentiendan, soy fan del Señor José Carreras también. Pero Joyce Di Donato, pero Simone Kermes, pero Elizabeth Blancke-Bliggs, son voces muy poderosas y muy cotizadas, y no ví a nadie haciendo escándalo por ellas. Y ellas estuvieron en Álamos, en los FAOT y no ví ni a los medios, ni al público cuestionando nada, es más, ni siquiera los ví hablando de ellas… ¿Ahora me entienden lo de la parte “comercial”? En la “alta cultura” a veces la palabra “José Carreras” “Plácido Domingo” se vuelven una marca, una firma, que ha sido beneficiada por los medios y se ha posicionado en la mente de todos, como una coca-cola… (de nuevo perdón, por las comparaciones, esto es meramente didáctico) pero… hablo de mercadotecnia.

Mi opinión entonces es BRAVO. Porque traer a José Carreras y a Plácido Domingo a Sonora significa que SI HAY PRESUPUESTO, y que si en estas fiestas del PITIC, se pudo gestionar casi 6 millones de pesos para honorarios de un tenor, no veo el problema de que se pueda invertir otros 6 millones de pesos en mejor y mayor infraestructura cultural, o en otros pilares necesarios para continuar construyendo lo que se tiene que construir.

Por donde quiera que se vea, es una buena señal que podamos invertir en cultura. Eso quiere decir que no hay pretexto que valga para no hacerlo también con aquellas cosas y proyectos que son la base del desarrollo cultural: equipamiento, maestros, creadores…

Por mí, que Inviertan en el Señor Carreras y en Plácido Domingo. ¡Que lo hagan! Porque entonces eso quiere decir que ¡Si hay dinero para la cultura! ¡Esa es una buena noticia!

Con la misma pasión que se gestionaron los recursos para los tenores, estoy segura que se gestionarán recursos apropiados y dignos para el gran complejo cultural en el que se ha convertido Sonora. Tengo fe, no puedo perderla, porque en el momento que deje de creer ya no serviré como gestora cultural para nadie. La fe es algo que no se ve. Los recursos, si. Por que cómo dicen el dinero y el amor, no se pueden ocultar. ¨

Notas: al margen sobre el pasado concierto de Plácido Domingo.

  1. Yo no fui al concierto. Cuestiones de trabajo.
  2. Tres camiones de ITSON llevaron alumnos y maestros. Los alumnos me empezaron a decir durante el concierto por mensajes: maestra, no se escucha.
  3. Entré a Twitter y me metí al HT #PlácidoLeCantaaSonora y monitoreé que mis alumnos no eran los únicos, era una cuestión general, al menos, para los que no estaban en lugares preferentes.
  4. Tengo entendido que el Instituto Sonorense de Cultura no estuvo a cargo del evento. El encargado fue un proveedor externo. Recordemos que el evento era por y para el DIF Sonora.
  5. El Señor Placido se merece todo mi respeto y creo que ninguno de los comentarios de las personas que fueron y quedaron de alguna manera inconformes corresponden en absoluto a su actuación. El es y siempre será Placido Domingo.
  6. Confío, que en unos años y generaciones más, Sonora tenga gestores culturales profesionales, a la altura, que puedan ser parte de las mesas de negociación y contrataciones de espectáculos de este tipo donde se pueda realizar una comunión entre la realidad, la necesidad y la aspiración.
  7. Mi último tweet en ese HT fue: que pena escuchar, que no se escuche.
  8. Para quienes quieran usar mis comentarios para golpes partidistas. Ahórrense el drama. La cosa ya pasó y la fe que me queda es que siempre podamos hacerlo mejor. Todos. Todos dije.
  9. Creo que los integrantes de la comunidad cultural, deben hacer notar su opinión de así desearlo y sobre todo, algo en lo que personalmente de verdad no estoy de acuerdo, es traer a Placido Domingo y que no se escuche hasta el último asiento de quién tuvo un boleto para entrar al Estadio Sonora. Eso, es una grosería.

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