Todos buscamos algo. El amor, la salud, el bienestar, la abundancia, la plenitud… compañía. En esta semana he estado leyendo demasiados cuadros con frases motivacionales en Facebook y Pinterest. La energía positiva anda en el aire. Todos buscamos algo.
Yo dejé mi libro de recopilación de poemas de José Emilio Pacheco en Houston el verano pasado buscando volver ahí. Sin embargo, no fuí yo la que regresó a Houston, fué el libro quien volvió a mí en otro contexto muy diferente y con un mensaje clarísimo. La vida se ríe un poco de nosotros cuandole contamos nuestros planes. 
¿Le ha pasado a usted? ¿Ha hecho planes que no han funcionado aún cuando ha dejado toda su energía, fe y corazón en ellos? Todos buscamos que nuestros planes funcionen. Todos proyectamos hacia el futuro, todos tenemos propósitos, expectativas, ilusiones, deberes, pendientes. Todos buscamos algo. 

“Tarde o Temprano” es un libro que guarda los poemas de José Emilio entre 1958 y 2009 e inicia con una traducción de la obra Cuatro Cuartetos de T.S. Eliot que dice: 

“…Pero no hay competencia. Sólo existe la lucha por recobrarlo perdido y encontrado y perdido otra vez y otra vez yahora en condiciones que parecen adversas. Pero quizá no hay ganancia ni pérdida: para nosotros sólo existe el intento. Lo demás no es asunto nuestro.”

Pensé mucho en lo que iba a compartir con ustedes en este día, en esta hora… y creo que lo mejor es ser sinceros como siempre lo hemos sido. Por que ustedes, mis queridos lectores y yo, tenemos una relación importante basada en sinceridad. 

Cada vez que me siento en mi computadora para escribirles, me emociono pensando en el gran privilegio de poder abrir la página en blanco y llegar hasta ustedes. Los imagino… ¿Cómo toman su café? ¿Qué hacen mientras leen? ¿Qué noticia están buscando en el periódico? ¿Qué piensan de la política? ¿Se han peleado con alguien? ¿Están enamorados?… 

La cultura es la forma como vivimos la vida, lo que elegimos todos los días de la misma y lo que resulta de ella, no es algo aparte, por eso, cuando compartimos por este medio, les abro mi mente y también mi corazón, y por más cursi que se escuche, siempre tendrán de mi lo que soy. Sin caretas. Con faltas de ortografía y redacción. Porque tarde o temprano todo cae por su propio peso, por más que pretendamos, por más que intentemos ser perfectos, tendremos que aceptarnos como somos y amarnos. 

Para este primer día del 2016, quiero compartirles algo de este libro, que regresó a mí, oliendo al buró de la habitación en la cual experimenté momentos invaluables para mí. Dice: 

“Compartimos un sitio al que no volveremos nunca en la vida. Dejamos escapar entre sus paredes un sector breve o largo de la existencia. Fuimos navíos que se cruzan de noche y en altamar como en el poema (aquí ya lugar común) pero nunca jamás nos encontraremos. Como desde el nacer le decimos adiós a todo, una vez más y siempre me despido.” 

Bienvenido 2016, bienvenidas nuevas despedidas y nuevas noches, nuevos sitios a los que no volveremos nunca. 
Les abrazo y les deseo lo mejor. Vivamos. Besos.

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