En la época victoriana el baby shower era una fiesta exclusiva para mujeres en la que se consideraba era la oportunidad ideal de compartir el conocimiento y dar y recibir consejos para la nueva mamá. Los consejos los daban aquellas ya mas experimentadas de la familia y grupo intimo de amistades.
Ese día yo pedí la tarde en mi trabajo sin remordimientos, (llegué a pensar que las actividades sociales no valían mis atesorados días de permisos) y disfrute como nunca el darme tiempo para ir a convivir socialmente, reír, platicar y darme cuenta que no atender las invitaciones que me han hecho en años pasados mis amigas para celebrar sus momentos especiales es algo que no se puede recuperar y que espero no sea muy tarde iniciar a atender a donde me invitan.
Anabel se veía hermosa, el vestido que se puso la hacía lucir aún más bonita y estoy segura que la bebé no dejaba de patear queriendo salir a ver lo bonita que estuvo su primer fiesta 🙂 felicidades amiga!
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