Hace un par de fines de semana, desayuné con mi querida Alina Arteche, con quién parece que el tiempo lejos una de la otra solo nos acerca más. No importa qué tanto o cuántas cosas se nos atraviesen, siempre habrá tiempo para un café y hablar de todo, de lo que hay y de lo que falta.

Alina sugirió el lugar: Reforma 255. Un espacio muy lindo y muy delicioso. Muy recomendado.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *