AUSENCIA

Apenas te he dejado,

vas en mí, cristalina

o temblorosa,

o inquieta, herida por mí mismo

o colmada de amor, como cuando tus ojos

se cierran sobre el don de la vida

que sin cesar te entrego.

 

Amor mío,

nos hemos encontrado

sedientos y nos hemos

bebido toda el agua y la sangre,

nos encontramos

con hambre

y nos mordimos

como el fuego muerde,

dejándonos heridas.

 

Pero espérame,

guárdame tu dulzura.

Yo te daré también

una rosa.

 

 

Neruda.

 

14 de diciembre 2006

5:14 pm .

 

Erika Tamaura Neruda, Poesía

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *