“El marcaje simbólico de los lugares, la preservación de los símbolos de reconocimiento, la expresión de la memoria colectiva en las prácticas actuales de comunicación, son factores fundamentales para que los lugares puedan continuar existiendo.” Con esta frase de Manuel Castells, Sociólogo y experto en urbanismo, quién según The Social Sciences Citation Index es uno de los académicos de Ciencias Sociales más citado del mundo, inicia el texto del módulo de Cultura y Patrimonio de mi curso de relaciones culturales internacionales que actualmente estoy cursando.

Bueno, el día de ayer finalizó un debate muy interesante con mis colegas de grupo, y entre las cuestiones que se han planteado, tenemos cuatro preguntas que las comparto con ustedes para iniciar la reflexión:

¿Qué beneficios y/o inconvenientes supone la declaración de un bien cultural como patrimonio de la humanidad?

¿Cuáles son los principales desafíos ante la gestión de las rutas patrimoniales?

¿Son eficientes las medidas de protección legal internacional del patrimonio?

¿Cómo se debería relacionar el patrimonio cultural material y el inmaterial en el marco del turismo cultural?

Si ustedes mis estimados y queridos lectores, desean responder estas preguntas, pero se sienten un tanto limitados por que según no son gestores o promotores culturales y piensan que no tienen la formación y la experiencia para entrar en el debate, piénsenlo de nuevo. Ustedes son quiénes más deberían participar con sus respuestas.

Uno de los principales problemas que considero atraviesa el asunto del patrimonio, es que las comunidades, personas como usted y como yo, nos volvemos ajenas al asunto por el hecho de que lo mandamos a extremos: lo divinizamos o comercializamos y lo vemos como algo  externo a nuestra vida, como si no fuera nuestra responsabilidad.

Existimos… de ahí entonces, nos damos cuenta que estamos aquí, el uno con el otro, y así como nosotros nos reconocemos, el patrimonio entonces pues, es parte de nosotros, no solamente es un mueble, ni un edificio, ni un paisaje, ni una canción ajena a nosotros, es algo que existe por y con nosotros,  por lo tanto, el principal error es esperar que alguien más lo cuide, lo preserve y lo difunda.

Mi reflexión va sobre la mutua responsabilidad que todos tenemos al co-existir.

Nuestro patrimonio, no sólo como comunidad específica, si no como humanidad, es responsabilidad de todos, por lo tanto, responda las preguntas del inicio…

¿No sabe? Lea. ¿No comprende? Pregunte. ¿No le interesa? Pues aplíquese.

No podemos existir así nomás, pasando los días viendo salir y ocultarse el sol.  Hay que movernos. Hacer algo. Ahí les va el párrafo de cierre, no es mío, es de la autora de mi texto que estoy estudiando, Paulina Soto Labbé: “El multiculturalismo es hoy el sustrato de gestión de identidad más usual y los efectos que desencadene en la noción y gestión del patrimonio, están por verse. Lo que es evidente, es que las identidades patrimoniales asociadas a un territorio, pasaron de sus espacios de origen, a estar repartidas por el mundo a través de los cuerpos de los sujetos que las portan.”

Les deseo un lindo y feliz fin de semana, felicidades a mis maestras de danza consentidas, Cristina Inclán, Giselle Meza y Lorena Ortíz que celebran la vida este mes de agosto, las admiro y las quiero mucho.

Ya casi es Septiembre. ¿En qué momento pasó tan rápido? Pronto sacaran las cosas de navidad y cuando menos lo esperemos será 2014, y así sucesivamente. Esto de la vida pasa como un suspiro. Ya lo dicen los poetas y Mafalda. Dénse tiempo, hagan cultura. Besos.

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Fotografías: UNESCO/SEMARNAT

EL Pinacate y Gran Desierto de Altar declarados recientemente patrimonio de la humanidad. 

Erika Tamaura Cultura

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