“El valor de lo que representas” basada sobre mi crítica del pasado jueves.

Después de una charla por dos horas con el dueño del restaurante al que dirigí mis comentarios negativos la semana pasada, he descubierto a final de cuentas, que la crítica, a quien mayormente ha ayudado a mejorar fue a mí.

Durante seis años de participación en redes y opinión en medios, me he diseñado un espacio a la medida para difundir en primer lugar actividades relacionadas con la cultura: en parte de mi trabajo, en otra parte en apoyo a una una comunidad cultural a la que además de admirarlos por su esfuerzo y calidad, los considero parte de mi vida, así como yo he intentado hacer parte de la mía a un público más amplio a través de compartir de manera sincera aspectos diarios de mi rutina y eventos personales con el único fin de establecer puentes y puertas de comunicación que favorezcan un objetivo noble: divulgar aspectos culturales.

Ingenuamente, he pensado, que mezclar vida privada y publica, sería una buena estrategia para fortalecer en este caso, el objetivo principal: la difusión cultural, sin embargo, debo reconocer que es un asunto delicado y que en un mundo competitivo, hay que ser estratégico y sobre todo, hay que tener un plan, con sus “do’s” y sus “do not’s”, políticas pues, marco normativo, etc. Lo que va a guiar tu acción.

En la charla de ayer por la tarde, con uno de los principales afectados de mi crítica, la cual fue calificada como desproporcionada y ácida, comprendí que la línea entre expresar tu opinión y buscar el desprestigio es muy fina, sobre todo con la energía que se genera alrededor de todo eso. No solo es alterar una situación en particular, con circunstancias que en ese momento sucedieron y que tal vez no eran constantes, sino también abrir la puerta para que otras opiniones siguieran una línea, la cual ni ha sido mi característica, ni es mi objetivo inicial de difusión en redes.

“No se trata de la crítica, sino del valor que representas” me dijo en la charla post-caos que tuvimos muy amablemente el dueño de RED y yo, en la cual, aclaramos puntos que por escrito, inbox y whatsapp no se entenderían como en viva voz. Esa frase me llegó. No era el primero que ya me había dicho sobre el como mi nombre no puede manejarse solo y por separado. “Tu representas un objetivo noble, y de eso se espera calidad”. Refiriéndose a que mi crítica la pude haber hecho de una manera más profesional. Le dí la razón. He reflexionado mucho sobre eso. Y creo que fue algo irresponsable la manera como fue redactada y emitida.

RED y yo coincidimos en un día difícil, las circunstancias se dieron y mi falta de tacto salió a flote sin pensar en el daño que una crítica así puede generar. No se trata solo de expresarse como cliente, sino de usar un poder de opinión para desprestigiar un proyecto. Algo que es lo primero que defiendo siempre, y en lo cual, lamentablemente también es muy fácil caer.

No es que yo tenga un poder de esos oiga, pero tengo que reconocer algo sobre la coherencia: existen cosas que son éticas, y otras que no, pero también sabe que? Eso se lo da a uno la experiencia y los manejos de crisis, es muy sencillo olvidar que uno debe afrontar las consecuencias de sus opiniones, si es que se trata de una persona comprometida y profesional.

Aún estoy a tiempo de rediseñar mi plan de comunicación personal y mis objetivos personales, les aseguro que esta crítica y lo que sucedió alrededor de ella, me han hecho reflexionar seriamente sobre mi persona y la manera en como deseo redirigir ciertas cosas que yo creía estaban bien, siempre uno se topa con cosas que lo hacen ser mejor …. Y usted? Ya se puso a pensar cual es el valor que representa?

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