“Dijo: le pondremos una trampa al diablo. Entonces, hizo una rajadura en su corazón, para que por ahí entrara la luz.”
Presentar un libro, es una cosa intensa. Por eso me atreví a pedirle a Mara, que me dejara presentar el de ella. No sé de que manera pero de alguna forma empezamos a enlazarnos más ella y yo y poco a poco, a través de cenas, de risas, de lágrimas, de cicatrices, iniciamos una amistad acompañada de otras mujeres que compartíamos algo en común: el amor.
Esa tarde, hubiera sido más fácil ver en el público a personas desconocidas… Para mi estrés, estaban rostros de amigos y amigas queridas que sostenían el paso de nuestras palabras. Ahí me percate de lo importante que es el apoyo de la gente que te aprecia, de aquellos con quienes caminas. No era sorpresa que muchos amigos míos y de ella eran comunes. La energía era inigualable.
Las dos estábamos nerviosas, yo, por mi primera vez, y ella por que siempre que habla, habla su corazón.
No puedo evitar leer y escuchar su voz. Pensé que sería más fácil presentar el libro de alguien a quién conoces, alguien que es cercano pues… Pues no. Yo tartamudeaba e intentaba ganar tiempo con mis eternas muletillas, afortunadamente, por alguna razón encontré el camino y al final le dí un beso de agradecimiento. Luego la escuchamos, yo seguía lo que leía, y escuchaba como su corazón iba mas rápido que su aliento. Mara era una niña cobijada por gente que la amaba y ella lo sabía, por eso abrió de sobremanera su corazón y le temblaba la mano. Por que eso hace el amor, te electrifica.
Eramos dos mujeres en una situación emocional similar. Una sostenía a la otra. Las complicidades en el arte, en este caso a través de las letras, se quedan grabadas como el olor de la casa de la abuela.
Inquilinos del viento, será para mí siempre, los versos de una mujer que ve la vida con la suficiente valentía como para enfrentar sus laberintos y entrar con paso firme, con el corazón en la mano, dispuesta a sentirlo todo, a darlo todo, a ofrecerlo todo.
Gracias querida Mara.
Deja un comentario