Mientras les escribo, mi hijo de 9 años está enseguida de mí viendo el capítulo 1 de la serie original de Power Rangers de 1993 en su tablet, en Netflix. Venimos llegando del cine, de ver la versión 2017.
Yo tenía 13 años cuando veía la serie. Era una producción muy sosa pero curiosamente funcionaba. Yo estaba enamorada del ranger rojo y el verde. Cuando la serie comenzó a cambiar de personajes, dejé de verla, además, comencé a crecer. Escribo y volteo a la tablet de mi hijo. Es muy curioso poder compartir algo con él en este sentido de recordar mi adolescencia junto con Erik. Me pregunta cosas de las dos versiones y me pregunta cosas de mí, entonces aquí estamos, tendiendo puentes que nos acercan con el pretexto de un remake.
Va mi reseña sobre la versión 2017, desde el butaca de una mamá de 36 años:
- Llegamos apenas, porque yo estaba platicando con Lola por teléfono. Erik entró directo a la sala con Rodrigo, Gerardo y Rossy mientras yo me quedaba haciendo una larga fila para las palomitas. No me importaba. No tenía prisa de verla. De hecho -entre menos me tocara mejor- pensé para mí misma. Ya me imaginaba la cosa medio sosa tal cual la serie noventera: qué flojera.
- Me senté en el momento cuando estaban todos en la mina, para la explosión. Comenzó mi confusión: habían cambiado el orden de los colores de los rangers y yo, yo estaba esperando ver al Jason original… pero luego se me olvidó el sentimiento porque resulta que el nuevo Jason está bastante guapo.
- Conforme fue pasando la peli, fui agradeciendo la forma en como se presentaba la esencia de la serie. Por alguna razón, yo solo recordaba los trajes de licra y los dinosaurios de juguete que salían siempre en la misma secuencia y escena cada vez que entraban a los minutos esperados del climax de cada capítulo. Había olvidado la esencia del guión.
- Adolescentes. Diversas razas. Amistad. Equipo. Honestidad. Liderazgo. La película además de una muy decorosa fotografía, me iba recordando temas que jamás pasarán de moda y que creo que entre todas las propuestas que hay en este momento en la industria, esta en especial aportará de manera importantísima valores que hace rato ya no se proponen las opciones para niños-adolescentes en la pantalla desde una perspectiva global que no está exenta de extremos: o se las venden de forma muy sosa o demasiado dura. Creo que esta versión hace un muy buen equilibrio para este paquete de temas que valen la pena sean tomados por la industria y aplicarles todo el marketing que quieran. Mientras haya niños y adolescentes que revaloren el significado de tener amigos, de salvar el mundo y de ser honestos consigo mismos, por mí, que vendan las camisetas que quieran, que fabriquen todos los juguetes y disfraces que deseen, yo como mamá lo agradezco. Ojalá ganen mucho dinero con la mercancía derivada, ojalá muchos niños y adolescentes quieran ser Power Rangers a raíz del remake, ojalá haya muchos, muchos, muchos que COMPREN a como se pueda el valor de ser un verdadero líder, que consuman la idea de que está bien ser diferente y que siempre se necesita la amistad por sobre todas las cosas.
- Los gráficos, el vestuario, la música y todo el paquete está GENIAL. Esa Rita les quedó fabulosa y esa versión final de la adaptación de I Got The Power está maravillosa.
- Enseguida de mí había un niño como de 7 años, sentado en las escaleras. Se paraba y gritaba señalando cada cosa que iba surgiendo. ¡Ahora fulano! ¡Ahora perengano! ¡Ahora sultano! Gritaba emocionado y yo no pude evitar contagiarme de su energía. Volteaba a ver a mi hijo y Erik estaba al filo del asiento. Yo estaba disfrutando todo eso.
- Entonces, al fin pudimos ver transformados a los Power Rangers y todos aplaudimos. Luego se escuchó la icónica rola de la serie en un rock padrísimo, después salió el Megazord y luego los Rangers originales, a lo que todos los papás dimos un grito de esos como que quieres pero no quieres que te oigan. Ahí fue cuando me dí cuenta que estaba experimentando una vivencia única: el puente generacional se había cruzado. Entonces iniciaron los créditos finales con la adaptación de I Got The Power y yo estaba aplaudiendo y gritando feliz… como los demás papás.
- Salí de ahí emocionada, contenta y platicando con mi hijo de muchas cosas. Le contaba como era muchísimo mejor esta versión que la original y las cosas que yo veía y hacía cuando tenía 13 años. El slogan de Together we are more, terminó por conquistarme.
- Krispy Kreme: que buena jugada, ¡que buena jugada caray!
La versión 2017 de los Power Rangers ha sido una grata sorpresa no solo porque la peli está muy padre y bien lograda para su categoría, sino porque al final, me fui del cine amando la nueva versión pensando que el casting fue un gran acierto y esperando regresar para la próxima, esta vez, en la misma energía y sintonía con mi hijo, que eso, fue lo mejor de la película.
Amigos, los que crean que ir a ver la peli de los Power Rangers versión 2017 es una perdida de tiempo, se equivocan. Acá mi review desde mi butaca de mamá de un niño de 9 años. Y creo que es una muy buena lección no solo para profesionales del marketing, sino inlcuso un caso de estudio para gestores culturales por el puente generacional entre padres e hijos. Más allá de los cómics y de los superhéroes de Marvel… este es un buen caso desde el purismo noventero, diría mi buen amigo Fernando Fierro.
https://www.youtube.com/watch?v=9z8NN38FGdk
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