La ópera rock con uno de los temas más controversiales en la historia de la humanidad celebra 50 años de vida, y el pasado 12 de octubre, se festejó también el aniversario de su estreno en Broadway una noche de 1971. Desde entonces, han sucedido muchas puestas en escena, muchas propuestas, muchas formas de narrar a través de la visión Andrew Lloyd Weber y Tim Rice, la historia de los últimos días de un hombre, un rockstar, una superestrella que dividió el tiempo en dos: en a.C. y d.C.  

Hasta ahora, yo solo había visto desde dos perspectivas esta obra: la película original y desde adentro, desde una puesta universitaria en el año 2000 en mis veintes, en la que yo pretendía ser María Magdalena. Durante tres años, Jesucristo Superestrella era todo lo que había en mi mente: ensayos, estudios, prácticas, escenarios. El pasado domingo tuve una de las experiencias más intensas de mi vida: me senté en una butaca del Bass Concert Hall en Austin, Texas y después de 20 años, observé desde otros ojos, otro momento y otra visión el recuerdo de mis años de universitaria. El corazón se me salía del pecho. 

Con una dirección de escena cristalina y maravillosamente orgánica, la propuesta con el elenco de norteamerica para el 50 aniversario de la obra integra todo aquello que puede lograrse desde una reflexión profunda y creativa acerca de la esencia de la obra. Vestuarios sencillos y agudos, un escenario utilizado de manera perfecta, en su justa medida y recordándonos que esto se trata de una ópera rock, en donde el uso de los instrumentos y los micrófonos, se sentía tan natural y cómodo al espectador como si estuviéramos observando a los intérpretes mover sus manos y pies. En la propuesta todo tiene sentido. Todo. Elcastinges simplemente increíble y toda la obra es una gran danza llena de significados, energía, matices y perfectas transiciones. 

Creo que la propuesta de Jesucristo Superestrella en 2019 para su 50 aniversario es una de las cosas más honestas y originales que se pudieron haber logrado para enmarcar el momento. Claro que si me preguntan, uno siempre quiere más y más. Yo hubiera deseado un poco más de empuje en ciertas notas musicales y ciertos matices, pero estamos hablando de una fan intensa y obsesiva así que no me hagan mucho caso. Realmente toda la propuesta es maravillosa. No cabe duda cuando dicen que: “there´s no business like showbusiness.”

BRAVO. 

Crédito de foto: Broadway.com

“La última cena”

Jesucristo Superestrella, 50 aniversario. 

Más información del tour en: 

https://ustour.jesuschristsuperstar.com/whats-the-buzz/

https://www.instagram.com/p/B4BCkCOJWFx/
Erika Tamaura Sin categoría , , ,

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