Que si se va a establecer la Secretaría de Cultura en México, que si va haber cambio de administración estatal y en lalocal… que si nunca alcanza, que si los proyectos, que si me hizo mala cara… en fin. Como ciudadanos, a veces pensamos que estamos al margen de todas estas decisiones y acciones y olvidamos que realmente tenemos un papel determinante en todo lo que implica la vida cultural de nuestra comunidad.
El día de ayer, impartí un taller en el Primer Foro Regional de Experiencias de Vinculación comunitaria y compartía con los participantes el siguiente texto que ahora lo leo junto con ustedes: “Vida cultural, vida local” de Alfons Martinell, un artículo realizado en el marco de la revisión de la “Agenda 21 de la cultura – Comisión de cultura de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU)” (2013-2015) y contribuye también a los trabajos de la Taskforce mundial de gobiernos locales y regionales sobre el Post-2015 hacia Habitat III (2016) y que dice:
“El derecho a participar en la vida cultural no puede entenderse sin analizar su íntima relación con la vida local, que ha de recuperar sus principios para convertirse en el espacio fundamental para el ejercicio de los derechos humanos. Podemos describir la vida cultural como un primer nivel de funcionamiento social de un grupo o comunidad integrada en una ciudad o país, donde las personas comparten con sus semejantes diferentes actividades de tipo expresivo, creativo, simbólico, tradicional, etc.
La expresión «vida cultural» hace referencia explícita al carácter de la cultura como un proceso vital, histórico, dinámico que tiene un pasado, un presente y un futuro. La vida cultural es la representación de la expresión de un grupo social, una comunidad o una sociedad que transcurre entre la tradición y la memoria colectiva hasta la contemporaneidad de un momento y espacio determinado.
Si centramos nuestra atención en el concepto de vida cultural observamos inmediatamente la representación social de proximidad, comunidad, grupo social, sociedad, entre otros; y si lo orientamos espacialmente nos sobreviene la idea de espacio público, barrio, pueblo, ciudad.
Es decir, la vida cultural que puede tener muchas dimensiones y niveles, está íntimamente unida a la vivencia de lo local. Desde esta perspectiva podemos afirmar, y la tradición lo avala, que el espacio para el mejor desarrollo del pleno ejercicio del derecho a participar en la vida cultural está en la vida local.
El problema se plantea como se articula este principio con la estructuración de unas políticas y gobernanza que garanticen la plenitud de estos derechos.”
Esto es una parte del texto, si quieren pueden acceder al documento completo en el blog del Dr. Alfons Martinell, quien es director de la Cátedra Unesco “Políticas Culturales y Cooperación” de la Universidad de Girona. Codirector del Laboratorio de Investigación e Innovación en Cultura y Desarrollo con sede en Colombia y España. Fue Director General de Relaciones Culturales y Científicas de la Agencia Española de Cooperación Internacional, Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España (2004 –2008). Experto en el campo de la cooperación cultural y desarrollo, políticas culturales.
Recordemos que como ciudadanos, tenemos una gran responsabilidad sobre la vida cultural local, y como profesionales de la gestión cultural, creadores, actores y agentes sociales, sobre nuestros hombros el gran reto de ver claramente las señales y no inventar cosas innecesarias ni descubrir hilos negros, más bien lo que hay que hacer es escuchar el sonido de las necesidades de nuestro contexto y territorio.
Pueden leer el texto completo aquí:
http://www.alfonsmartinell.com/wordpress/wp-content/uploads/2014/11/Vida-cultural-vida-local_CGLU_2014_final.pdf
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