Nokta, hablemos de cultura es una columna cultural semanal y se publica todos los domingos en Tribuna del Yaqui.
El Festival Alfonso Ortiz Tirado concluyó anoche una semana llena de contrastes. Con una Orquesta Filarmónica de Sonora sonando cada vez más sólida, las noches de gala de Palacio presentaron un programa diverso que propuso una línea clara para esta edición: artistas nacionales que ofrecieron sin duda, un pulso de la escena lírica de nuestro país.
Así mismo, el Festival recibió propuestas alternas en el escenario de la Plaza de Armas que presentó desde metal sinfónico, jazz, swing, salsa y diferentes géneros para todos los gustos bajo el slogan “La música nos úne” y con un cambio interesante, las galas del templo que suceden a las dos de la tarde se trasladaron en parte al palacio municipal (Lo cuál creo fue muy bueno) y a la Casa Obregón 1, un espacio que permitió nuevas formas y acomodos tanto para los artistas como para el público.
Cómo siempre, el FAOT ofreció espacios para promover y compartir el patrimonio de nuestras etnias en el mercado de artesanías y cultura popular en la Alameda, así como espacio para la literatura y cine con presentaciones de libros y presencia de la Cineteca Nacional en el Museo Costumbrista de Álamos y la ruta del arte que se instala en cada espacio del festival y se extiende en todo el estado con las exposiciones de artistas visuales que se unen a la celebración del Festival en sus subsedes.
Desde mi punto de vista, la edición 34 del festival estuvo lleno de contrastes interesantes. Por un lado en la programación lírica, jóvenes talentos en consolidación respaldados por grandes maestros así como instrumentistas de gran calidad. Escuchamos repertorios conocidos y algunos estrenos que dieron el toque de sorpresa en el festival. Lleno de emociones, el FAOT realizó reconocimientos y homenajes que conectaron la historia, el público y el presente de maneras sentidas, fortaleciendo la identidad y la vocación de este festival, que es de todos.
Agradezco enormemente a Mario Welfo Álvarez, Director General del Instituto Sonorense de Cultura y a Ale Olay, Coordinadora de Información Cultural por abrirme las puertas para estar cerca del equipo de prensa y comunicación del FAOT, en el cuál como cada año, puedo aprender y reaprender cosas relacionadas con la gestión de la difusión y comunicación de la cultura. Gracias a Carlos Sánchez y Rafael Rábago por la invitación para realizar enlaces diarios para la Radio de la Universidad de Sonora en el programa “Hablemos del FAOT”. Gracias querida Mónica Hammeken por hacer de este festival una experiencia inolvidable. Sin duda, tu presencia y compañía fue algo que decidió parte de la magia de esta semana.
Gracias especialmente a mi madre, por cuidar a mi hijo esta semana, sin ella, yo no podría hacer lo que hago y compartir con ustedes mi pasión por el periodismo cultural, por que en esta vida todos necesitamos aliados… El Festival necesita aliados. Los invito a que desde hoy, seamos esos aliados que el Festival requiere. Estamos listos para el FAOT 2019. Un abrazo a todos y buen domingo.
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