Refracción es una columna cultural para Proyecto Puente y se publica todos los martes (o miércoles).
¿Qué recordaré de todo esto, de los días iguales,
de este miércoles que es también domingo,
o martes, ya ni sé?
Ya no se trata de evitar la recesión, esa batalla está perdida. Ahora lo vital es intentar evitar una depresión. A los analistas financieros se les quiebra la voz en las entrevistas y declaraciones. 1929, 1932, 2008. Porque mirar el pasado es lo único que parece que seguro por ahora.
Qué tremendo escenario es este. La economía se desangra cómo animal herido mientras los filósofos, artistas, pensadores, psicólogos e intelectuales (entre otras especies exóticas) emergen cómo faros en la noche de la tormenta para conducir a puerto (al que se pueda) a nuestras naves desesperadas, encerradas, contenidas.
Artistegui Noticias presenta en su canal de Youtube una serie de transmisiones especiales sobre reflexiones y claves de lo que se vive en hechos, datos e informaciones sobre lo que está pasando en nuestra sociedad y nuestra individualidad en este tiempo del Coronavirus. Dirigido por editores, autores e intelectuales invitados para compartir sus pensamientos. A continuación, hago algunos apuntes de los programas que vi:
Para los gobiernos, es inútil hablar de reingeniería de presupuesto, hay que endeudarse de nuevo y cómo nunca antes. Ya no podemos evitar la caída, ahora lo que hay que hacer es elegir cómo se va a caer y por cuánto tiempo. La crisis va a golpear a todos, pero por diferentes ángulos. El ecosistema turístico agoniza y como un hoyo negro absorbe hacia su caos a todo lo que navegaba alrededor de él. En contraste, el sector rural marginar no asociado a la exportación y a la dinámica del mercado interno… De repente esos consejos hippies que nos decían que había que hacer un huerto orgánico en el patio de la casa ya no suenan tan descabellados.
Lo inmediato: asegurar la inyección de recursos a un sistema de salud que colapsa. Lograr seguros de desempleo, descargar la presión de las empresas, sobre todo de las pequeñas, aplicar respiración boca a boca, apoyarse de los programas sociales. Y ese clamor se escucha como gritos de auxilio en un bosque dónde nadie responde.
Me topo con Enrique Dussel, que dice: “Nunca en la historia de la humanidad (y miren lo que digo) en la historia del Homo Sapiens que tiene más o menos 200,000 mil años sobre la tierra, y que su antigüedad es mayor en los tipos primitivos de homos antes del sapiens, en esos cientos de miles de años de experiencias, nunca habíamos vivido algo como esto. Porque los instrumentos tecnológicos nos han dado la posibilidad de saber en tiempo real lo que ocurre en otros lugares. El mundo se ha mundializado. Esta dramática crisis mundial está siendo vivida con una conciencia de universalidad. Es un hecho profundo que va incluso más allá de los últimos 500 años de la modernidad. La presencia del virus, habla de un fenómeno primicia en la historia.”
“El ser humano actúa no solo por instinto como los animales, por el hecho de tener un cerebro complejo, es capaz ante un objetivo tener muchas posibilidades de cómo cumplirlo, y esa multiplicidad de medios para cumplir el fin, define la libertad. El ser humano puede acumular errores que llegan a frutos o efectos inesperados que son fatales. El ser humano puede no actuar según las leyes de la naturaleza, la ética ocupa el lugar que el instinto deja libre. El animal actúa por instinto, el animal no puede ser malo o bueno, simplemente es. Pero el ser humano es el único que puede decidir y actuar hacia efectos negativos.” Mientras el filósofo nos confronta nuestro humanismo con el momento presente, me llega un mensaje a la pantalla de mi teléfono sobre que los asuntos del petróleo colapsan de manera histórica y Twitter se desborda en pánico.
Y yo, yo tengo que ir a hacer cena y pongo el video en pausa a la mitad, no sin antes apuntar en mi cuaderno, esta fragmento de Dussel: “Se trata de afirmar la vida de toda la humanidad, pero además de todos los vivientes (animales, bosques… es toda la vida la que hay que salvar). La naturaleza exige afirmar la vida en general y al individuo en función de la comunidad. Porque un individuo solo no puede vivir. La modernidad individualista ha destruido la humanidad.”
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