“Había una vez un error, tan ridículo tan pequeño que nadie lo habría advertido. El mismo no quería ni mirarse ni oírse. Cuánta cosa no inventó para demostrar que de hecho no existía. Inventó el espacio donde alojar sus pruebas, y el tiempo que las velara, y el mundo que las viera. Todo cuanto inventó no era ni tan ridículo ni tan pequeño… pero desde luego era un error. A caso podría ser de otro modo.”

 

-Vasko Popa.


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