El pasado lunes Libros y Más tuvo su tradicional venta de aniversario con todo al 30%. Entré a la tienda y me fui directamente al estante de hasta el fondo, donde están los más económicos, esos de Editorial Porrúa. Iba por los pesos pesados. 
Necesitaba urgentemente entrar en debates filosóficos pero con alguien con el que si yo quisiera parar, pudiera cerrar el libro y en ese momento acabar la conversación. 
Encontré a Schopenhauer y su “Sabiduría de la vida”, “En torno a la filosofía” y “El amor, las mujeres, la muerte y otros temas”. El miércoles cumplí 35 años. Y en esta segunda mitad del año, han pasado cosas fuertes, que me han hecho reflexionar sobre la vida, la familia, el dinero, las relaciones… Comencé a llevar terapia, estoy intentando reconciliarme con mi madre, busco poner atención a mi salud, hago lo posible por equilibrar mi descarada obsesión profesional con la vida cotidiana a la vez que me doy cuenta que mi hijo ya tiene ocho años. 

En qué momento pasó todo esto si yo me sigo sintiendo de 18 años. Por alguna razón quiero pensar que sigo donde mismo y aún que soy fan de las nuevas formas, le tengo un pavor importante al cambio. 

Leo a Schopenhauer. 

Dice: la vida consiste en el movimiento y en él tiene su esencia. En el interior de todo organismo reina un movimiento incesante y rápido; el corazón, su doble movimiento , tan complicado, de sístole y de diástole, palpita impetuosa e infatigablemente; veintiocho pulsaciones le bastan para precipitar la masa entera de la sangre en el torrente de la circulación grande y pequeña; el pulmón da a la bomba sin cesar como una máquina de vapor; las entrañas se contraen continuamente en un movimiento peristáltico; todas las glándulas absorben y secretan sin interrupción; el mismo cerebro tienen un doble movimiento para cada latido del corazón y para cada aspiración del pulmón. Hasta los árboles, para florecer, necesitan ser agitados por el viento. 

Esta es una regla absoluta que se puede enunciar de una manera más conocida en latín: Omnis motus, quo celerior, eo magis motus(Un movimiento, cuando más acelerado, tanto más movimiento es). 

Schopenhauer habla de Aristóteles, y de cómo divide los bienes de la vida humana en tres clases y como el las retoma como tres condiciones fundamentales: Lo que uno es, lo que uno tiene y lo que uno representa. “Cada cual debe ser y proporcionar lo mejor y más importante. Cuanto más sea así, más encontrará en sí mismo el individuo las causas de sus placeres y más feliz será. Con gran razón, dijo, pues, Aristóteles: “la felicidad pertenece a los que se bastan a sí mismos.” Porque no hay mucho que ganar en este mundo; la miseria o el dolor lo ocupan, y a los que los han esquivado, el tedio les acecha por todos los rincones. 

Además, la perversidad es la que en este mundo gobierna, y la tontería la que domina. El destino es cruel, y los hombres son dignos de lástima. En un mundo así organizado, el que posee mucho en sí mismo es semejante a una habitación en donde hay un nacimiento, iluminada, cálida, alegre, en medio de las nieves y de los hielos de una noche de diciembre. 

La memoria es un ser caprichoso, como una joven: a veces niega lo que antes había concedido cien veces, ofreciéndolo después por sí misma cuando uno ya no se acuerda de ello. Una palabra asienta en la memoria más firmemente unida a un fantasma que a un mero concepto. Sería una cosa hermosa si lo que se hubiese aprendido se supiera siempre y para siempre; pero no es así, todo lo aprendido hay que refrescarlo de cuando en cuando con la repetición, de otro modo, se olvida. Pero como la repetición aburre, hay que aprender siempre algo nuevo; por lo tanto, aut progredi, aut regredi (O prosperar o retroceder). 

Al parecer, la única manera divertida de dar pasos para adelante y para atrás es en una clase de salsa. Un, do, tré, un, do, tré, dice mi amiga Marina. 

Les deseo un buen fin de semana. Felicidades a las y los Guadalupes. Abríguense en la peregrinación. 

Besos y gracias por las hermosas felicitaciones y la buena fe. Les deseo mil veces más lo que me han obsequiado. Un abrazo fuerte. 
   
    
    
    
   
   
    
  http://youtu.be/Be-PoHLOfo8
 

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