Nokta, Hablemos de cultura es una columna cultural semanal, se publica todos los viernes en sección Acentos de Tribuna del Yaqui.
Si bien Coca Cola ha sido la mejor embajadora de Santa Clous en los últimos tiempos y por supuesto que todos hemos tropicalizado la Navidad a nuestras mejores prácticas y juegos gastronómicos, es necesario puntualizar que, al igual que un sistema fiscal, todos debemos llegar a la nochebuena de una forma u otra.
Algunos lo hacemos de buena gana, otros no de tan buena y otros hasta a veces hemos entrado en negación. El evento de la navidad representa culturalmente una forma de reconciliación que sucede cada año si lo vemos desde el punto de vista cíclico, si bien la raíz viene de una protocolo religioso, el entramado social nos ha mantenido ocupados con decoración de árboles, luces, regalos, comida y sobre todo, el innegociable espejo sobre el tema de la comparación.
Antier en un desayuno con mis amigas, hablábamos de cómo pasaríamos la navidad. Yo dije: ¨ igual que siempre ¨. Pero después pensé que eso no era cierto. Nunca es igual que siempre, y nunca es tarde para querer iniciar a configurar la navidad que deseamos o con la que nos quedemos agusto. La complejidad que tiene la convivencia navideña puede ser tan amena o tan caótica como familias existen en el mundo. Pensando sobre que escribir hoy, leí varios autores y quisiera compartir fragmentos de sus textos, con ocasión de que mañana, es nochebuena, y tal vez, alguno de ellos, desate algún pensamiento que nos haga acercarnos más hacia algún lado.
Hernan Lara escribió en el 2012: ¨Los sentimientos encontrados que produce la época de Navidad han sido motivo de interesantes proyectos de carácter literario. Algunos aman la época de Navidad, otros la detestan. ¿Por qué? No importa qué religión se profese la llegada del invierno y la culminación del año se convierten en imágenes de fin y principio que nos mueven a reflexionar sobre el pasado y a hacer un ajuste de cuentas con la vida y con su carácter efímero, al margen de la concepción religiosa de la fe cristiana.¨
Ricardo Dudda escribió en el 2015: ¨Dios ha sobrevivido en mi familia por estar insertado en la tradición. Una vez que se ha descubierto que esta puede sobrevivir sin Dios, no hay nada que lamentar. El peso de la tradición, entendida como carta blanca a todo lo que se hacía antaño, todavía ahoga. Pero ahoga menos sin Dios.¨
Leila Guerriero, de mis autoras favoritas, escribió en el 2014: ¨ Por estos días, la gente que me escribe se despide deseándome “que te sea leve con las fiestas” o “que pase rápido”. Yo agradezco, pero tengo un problema: la Navidad me encanta. Siento un placer infantil, completamente frívolo y del todo pagano ante la Navidad. Me gusta dar regalos, arreglar la casa, cocinar durante horas, sacar el mantel de las abuelas. De los ritos que en Occidente ya no tenemos, o que hemos decidido aniquilar, este se ha quedado conmigo y lo cultivo con esmero. Lo paso mejor, mal y peor, como todo el mundo, pero persisto, como quien ha decidido ser leal a sus héroes de infancia. Sospecho que lo que irrita y perturba de la Navidad —de las fiestas de fin de año en su conjunto— es que su reestreno serial, cada diciembre, nos recuerda que el tiempo pasa: que nos hacemos viejos, que los sueños se nos quedan en espuma. Habría que pensar, entonces, qué hicimos —o qué vamos a hacer— con el tiempo. Por ahora, y hasta tanto, feliz Navidad. ¨
Les deseo feliz navidad, con todo mi corazón. Les abrazo y les agradezco sus mirada aquí y ahora. Que el espíritu de la fecha, los inunde de paz. A final de cuentas, todos necesitamos la fe de que mientras se celebre la vida, en un nacimiento, el tiempo pueda renovarse una y otra vez, hasta el minuto que sea necesario.
https://www.youtube.com/watch?v=dDXwpzmit40
https://www.youtube.com/watch?v=p7JlyDEwMfo
https://www.youtube.com/watch?v=MW2KlALXo0s
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