Nokta, hablemos de cultura es una columna cultural semanal y se publica todos los viernes en Tribuna del Yaqui. Versión impresa en la sección Acentos, versión digital en la sección Opinión.

Otra de las exposiciones que pude disfrutar en Ciudad de México, fue la de Candida Höfer en el maravilloso y místico Antiguo Colegio de San Ildelfonso, ese lugar tiene un poder impresionante, me atrae de sobremanera y puedo quedarme abrazada a sus paredes para siempre. Sin embargo, cuando entré a la exposición, pensé que me estaban tomando el pelo. Primero me enojé y me aseguré a mi misma que esto que estaba frente a mí lo podía ver en Internet, que no necesitaba venir a San Ildelfonso para esto. Luego me calmé y me dije a mi misma que yo no era crítica de arte, que era una gestora cultural con un blog amateur y que si esa exposición estaba ahí debía ser por algo. Así que pasé a mi siguiente estado mental: la disciplina… y extrañamente, luego vino el éxtasis.
Candida Höfer es una de las exponentes más representativas de la nueva escuela de fotografía contemporánea alemana. Se le conoce a nivel internacional por su obra enfocada a espacios públicos vacíos en la cual captura la conexión evasiva entre las personas y los lugares en los que existen. Sus fotografías de interiores de edificios donde se desarrolla la vida social y la enseñanza como teatros, iglesias, bibliotecas y museos, se distinguen por las atmósferas envolventes que colman la ausencia, logradas a partir de un meticuloso manejo de la luz, del estudio de las estructuras y un rigor preciso que siempre resalta las variaciones características de un determinado lugar.

El resultado de la investigación que produjo la exposición de Candida Höfer en México, ha dado como resultado la colección de veinticinco fotografías en gran formato en el más puro estilo de la artista, las cuales se exhiben junto a proyecciones fotográficas más íntimas: de detalles particulares en las calles, en los museos y en los caminos, y que permiten ver el lado más personal de su mirada. El proyecto se ha desarrollado en el marco del Año Dual Alemania-México y ha sido producido por la Galería OMR con el apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Gobierno del estado de Puebla y, muy especialmente, del Instituto Goethe México.

La exposición muestra espacios emblemáticos de México como lo son el Teatro Degollado y Hospicio Cabañas en Guadalajara; el Teatro Juárez de Guanajuato; el Palacio de Bellas Artes, el edificio Basurto, la Biblioteca Vasconcelos, la Catedral Metropolitana, el Museo Nacional de Arte y el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México; el Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlán en el Estado de México, la Iglesia de Santa María Tonantzintla y la Biblioteca Palafoxiana en Puebla; la Iglesia de San Jerónimo Tlacochahuaya y el Convento e Iglesia de Santo Domingo en el estado de Oaxaca.

En la página web de la exposición pueden leerse fragmentos de ideas sobre la obra y comentarios sobre la obra dónde se menciona la “cuidadosa elección del punto de vista de la fotógrafa que produce una composición perfectamente simétrica que coincide casi punto por punto con la proyección en perspectiva central del dibujo arquitectónico.” A lo que Candida señala: “Después de cierto tiempo me di cuenta que lo que las personas hacen en estos lugares —y lo que los espacios les hacen a ellos— es más evidente cuando nadie está presente, así como un invitado ausente es con frecuencia el tema de conversación.”

Cuando llegué al final de la exposición, sentí algo que pude comprender solamente hasta hace apenas un par de días, en una noche de insomnio y dolor: las cosas que aparentemente parecen claras y obvias, por lo general las escuchamos y comprendemos desde un punto de vista que contrasta con el orden… la razón por la cual mi primer reacción fue de rechazo ante la mirada quirúrgica y exacta de Candida con perfecto orden en su obra, es porque estoy acostumbrada al caos, a lo abstracto, a lo que pone pretexto sobre pretexto y a lo ambiguo, dejando siempre espacio para interpretaciones, mientras que desde el orden, no hay de otra: o es o no es. Y eso, mis queridos amigos, necesita de ojos y corazones abiertos, pero sobre todo, necesita de una intensa conexión mente-corazón. Tomemos el método de Candida, apliquemos orden y ausencia a aquello que se necesite y quién sabe, quizá descubramos cosas maravillosas como la belleza que provoca una perfecta composición desde la claridad y la objetividad, ya sea se trate de fotografías o de nuestra vida… les dejo besos. Buen fin de semana.







 

 

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